¿Sigues ahí?... Era un día cualquiera. Ella se levantaba temprano para ir a la escuela, ponía su música a todo volumen y la cantaba mientras rondaba por la casa en busca de su abrigo, su ropa, ese gorro que nunca encontraba. Bajó a su perrita y todo parecía normal, salvo que las calles estaban más solitarias de lo normal. Las luces parpadeaban, ella se daba más prisa para llegar al portal y poder irse lo antes posible. Pero… Se preguntó así misma: ¿Y esa sombra que parecía pegada a sus talones? No le dio importancia, ya que podía ser cualquier cosa, y subió. Se terminó de arreglar y se fue. Justo después de bajar, las luces ya no parpadeaban, estaban apagadas. Quizá por eso la sombra ya no se veía. ¿Se asustó? Nadie lo supo porque cuando se quiso dar cuenta ya no estaba en la ciudad. Sus compañeros y profesores no le dieron importancia, ya que podía faltar por cualquier motivo; lo que sí fue raro es que faltara al día siguiente, pero ...