Cervantinos contra "Analfabeto"

Del mismo modo que Cervantina se alzó contra Analfabeto, un grupo de estudiantes americanos planta cara al todopoderoso EE. UU: 


Demandantes y abogados del ‘caso Juliana’, en julio en los escalones del juzgado federal de Eugene (Oregón).


“¡Has llevado a juicio a Donald Trump!”, les sueltan, admirados, sus compañeros de clase. 

Y Juliana admite que, a veces, a ella misma le cuesta creerlo. “Los 21 compartimos una carga colectiva, porque este caso es enorme”, explica por teléfono esta alumna de Estudios Medioambientales en la Universidad de Oregón. 


Mientras sus amigos están inmersos en un arranque de curso como otro cualquiera, estos 21 jóvenes repartidos por todo el país, representados por la organización Our Children’s Trust, se preparan para la vista que arranca el próximo lunes en la Corte de Distrito de Eugene, Oregón, la primera instancia de la Justicia federal. Un hito inédito en un fascinante proceso judicial, también conocido como La Juventud contra el Gobierno (#youthvgov), que marca un antes y un después en la lucha legal contra el cambio climático.


La base jurídica más novedosa del caso reside en el concepto de fideicomiso público. “Es un concepto sencillo”, explica por teléfono Mary Wood, profesora de la Universidad de Oregón y reputada experta en derecho medioambiental, cuya literatura académica se encuentra en el origen de esta demanda. “El público es propietario de los recursos naturales. No es propiedad privada, pero sí propiedad pública. Y el Gobierno, porque es la institución que perdura, debe gestionar esos recursos como fideicomisario para los ciudadanos presentes y las generaciones futuras. Si se prueba que el Gobierno con sus acciones ha alterado sustancialmente la atmósfera y el sistema climático, habría violado ese fideicomiso público que debe a los ciudadanos”, explica.


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