Historias de cuarentena. Lucio Obama (4º A)


Acabamos de escuchar una noticia de última hora: el Covid-19 ha llegado a España, y se ha propagado de una gran manera brutal. Están siendo muchos los contagiados y fallecidos a causa del virus. Van a cerrar los lugares públicos, y debemos permanecer en nuestras casas hasta nuevo aviso. Me he quedado sin palabras, la preocupación cuando estaba en otro país era menor, pero ahora que lo tenemos bastante cerca es diferente.

Por una parte estoy feliz, no tendré que salir a la calle ni ir a clase durante un tiempo. Mi madre, mi padre y mi hermano están histéricos porque haya tenido que pasar esto. Para mí ha sido un subidón de alegría.

Mi padre es dueño de una empresa de cosméticos, no entiendo por qué miente tanto a sus clientes, por mucho potingue y maquillaje que se pongan seguro van a seguir siendo lxs mismxs esperpentos aunque eso lo esconda. Pero bueno, el caso es que está preocupado por las ventas de su negocio, tanto que está dispuesto a hacer pedidos a domicilio, dice que no quiere perder a sus mejores clientas, y con todo esto está muy ocupado.

Mi madre es agente inmobiliario y el que haya que estar de cuarentena dificulta mucho más su trabajo, y no para de sonar el teléfono. Tiene que atender las llamadas de las parejas frustradas por saber qué será de la venta de sus casas. Es un poco complicado sobrellevarlo, por eso nunca seré agente inmobiliario.

Mi hermano está más preocupado de ver a su novia y a sus amigos más de qué será de sus estudios y del brote del virus. Está demasiado almibarado con Sandra, yo creo que ya es una obsesión y su relación es muy tóxica, así son las relaciones adolescentes hoy en día. Ayer le escuché que intentaría escaparse para verla, y que iban a hacer un botellón, lo que me voy a reír si le pillan.

Por otra parte yo no estoy tan estresado, la verdad, todos están preocupados por el qué va a pasar con sus negocios, que ya no va a ver a sus amigos en un tiempo, pero hay cosas muchísimo más importantes que esas.

Siempre me he sentido solo, en el colegio, en mi propia casa, menos los veranos que me veía con los amigos del pueblo de Carranque; aquello era espectacular, si no era allí la mayor parte del tiempo me lo pasaba encerrado, y no hablo solo de encerrado en mi habitación. 

Pensamos que al salir de nuestras casas vamos  a ser libres, pero yo no lo pienso así, soy más esclavo fuera que dentro de estas cuatro paredes. Estoy atrapado en un mundo donde la violencia reina sobre todo. Donde no hay concienciación por aquellos que sufren racismo constantemente, donde lo tienen normalizado, donde la violencia de género es algo que de boca en boca se habla mucho pero no todos actúan para erradicarla, donde se desprecia, se odia, se mata, y se discrimina a una persona que tiene diferentes gustos e ideales a los tuyos. Vivimos en un mundo con rejas constantes: ¿de verdad somos libres? O quieren hacernos pensar que lo somos, minimizando que nuestro mundo no se está muriendo, que los animales se están extinguiendo o que la pobreza es cosa de continentes como África, al que siempre lo denominan como un país. Hasta cuándo nos daremos cuenta de que el encierro de cuarentena no es nada comparado con las cárceles de arcoiris que nos han pintado.

Cada día me levanto con una sonrisa, con la esperanza de que todo puede mejorar, porque al fin y al cabo hay gente que sí lucha por cada una de las causas que nos están hundiendo.

La verdad, prefiero estar solo antes que mal acompañado; mi familia y la gente que me rodea en general, por más que hayan escuchado noticia tras noticia, siguen centrándose en las cosas materiales que algún día se acabarán, poniendo en primer lugar a personas tóxicas que de la noche a la mañana te traicionan y acabarán haciendo canciones sobre eso o subiendo historias al Instagram sobre el peso y la melancolía que llevan dentro.

Mi sueño desde muy pequeño siempre fue cambiar el mundo, siendo un superhéroe; creo que esa tarea será muy difícil para hacerla yo, por ahora trataré de cambiarlo empezando por cambiar los argumentos y las fortalezas mentales que tienen mi familia; luego iré conquistando otros territorios.

Al fin y al cabo puedo ser un superhéroe, solo que a mi manera.

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